Inventa un título para una historia.

Ración extra de creatividad.

Creatividad

Grupo de niños de 6-7 años. Inventan varios títulos para varias historias o cuentos diferentes basados en un personaje principal. Sólo disponen de un tiempo de 1 minuto cronometrado para pensar las respuestas. Tendrán todo el fin de semana para escribirlas. Las respuestas que dieron en un minuto, yo necesitaría años para poder pensarlas.  Son niños normalitos. Comen bocadillos de mortadela, sacan Insuficientes en Matemáticas,  y escriben con miles de faltas de ortografía. No han sido detectadas discapacidades ni capacidades avanzadas. Son niños.

Atentos, porque los títulos no tienen desperdicio. Tranquilos SGAE, no queremos derechos de autor. Estos niños sólo necesitan un abrazo, una piruleta, y unos amiguillos para jugar. Lo demás, las ruedas de prensa, los dineros y las noches de hotel de 5 Estrellas, se las pasan por el mando de la Ni-ntiendo Güi.

Respuestas dadas después de 1 minuto.

– La abeja que era alérgica al polen.

– El mono que no podía saltar a los árboles.

– Los pulpos que se enredaron por los tentáculos.

– La luciérnaga que no quería gastar luz.

– La dentadura postiza del tiburón.

– ¿De quién es este caparazón?.

– La historia del sobaco que no olía.

– El murciélago que olvidó donde había dejado el cerebro.

– Mi abuela tiene colmillos de vampiro.

– La máquina aspiradora de nubes.

– La montaña más pequeña del mundo.

– La jirafa sin cuello.

– El sol que se quemó.  (Éste título sobrecoge).

Para el final, dejo el título que más me gustó, escrito por un niño rubio y vivo al que le encanta hacer puzles. Dedicado a todos aquellos que alguna vez quisieron hincarnos el diente en nuestros cerebros. A quienes se creen seres superiores e indestructibles, salidos de las catacumbas de la falsedad y la podredumbre, que luego no llegan ni a la suela del zapato de un niño de 7 años. Qué cutres.

– La invasión de los zombies vegetarianos.